¿Cómo empezó Sailor?
En el 2013 vivía en Nueva York. Estaba en mi tercer año de universidad y tenía 19 añitos. Estaba estudiando en NYU y a pesar de que tenía una beca del gobierno que se supone que cubriría mis gastos al 100%, el rubro para la comida y la estadía era solo de $1300 al mes y eso no me alcanzaba ni para la comida completa, peor para alquilar un departamento en un área segura y cerca de mi universidad. Así que además de la ayuda financiera que recibí de mis padres, empecé a trabajar para poder tener suficiente plata para mis gastitos, porque el trabajo que tenía en una casa de subastas no era pagado, era una pasantía, como le dicen los explotadores laborales jajajaja no but really, no estoy a favor de las pasantías impagas, me parecen un absoluto abuso. Bueno continuemos con la historia:
Vivía en un edificio que quedaba en el Lower East Side, en Orchard Street. Para los que conocen esta calle y este barrio, saben que se ha desarrollado como un sitio de galerías de arte más asequible que las de Chelsea. Ese otoño del 2013, abrió una cafetería en la parte de abajo de mi edificio. Se llamaba Why Not Coffee y era no solo cafetería, sino también galería de arte. Empecé a ir todos los días justo cuando llegaba a mi casa de la universidad para estudiar mientras me tomaba un café o té, y fue en esta cafetería donde empezó mi descubrimiento del café. Todas las semanas probaba uno diferente para ver a qué sabía y poco a poco me fui haciendo amiga del dueño, que también pasaba metido ahí jaja. Le conté que estudiaba historia del arte y que trabajaba en Christie’s y que me faltaba todavía un año y medio para graduarme y me dijo que pronto iban a empezar a hacer openings de exhibiciones en la cafetería y yo estaba feliz, porque todos los jueves me iba a Chelsea o más abajo en orchard a estos eventos y los amaba y qué mejor si eran abajo de mi casa jeje
Un día me lo encuentro y me pide que por favor lo ayude. Y yo tipo ??? En qué puedo ayudarte yo jaja y me dice tu trabajas en Christie’s, ¿no? Y yo «sí!». Y me dice, «estamos pidiendo un liquor license, una licencia de alcohol, y necesitamos que alguien testifique a nuestro favor diciendo que es necesario servir alcohol en una galería de arte para que la gente venga, que sin alcohol nadie va a ir.» Me contó también que no le querían otorgar la licencia porque los residentes antiguos del área estaban hartos de la cantidad de bares que hay en el Lower East Side porque causan un montón de ruido y disturbios para las personas que viven ahí permanentemente. (Y estoy totalmente de acuerdo, es una de las razones por las cuales me mudé de esa zona, era un escándalo jajajaja )
Pero bueno, le dije que sí y un día después de clases tuve que irme a la calle ciento cincuenta y ni sé cuánto a hablar a favor de esta cafetería y galería, a advocate for them y decir que efectivamente, una galería no puede funcionar sin alcohol porque es un gran atractivo para las personas el día que abre una exhibición.
Y adivina queeeee. ¡¡¡LE DIERON LA LICENCIA!!!!
Me llamó a agradecer y me dijo que cualquier cosa que necesite, que me debe un favor para siempre. Bueno pueeesssss pasa el año escolar y estoy a punto de entrar al verano y me había propuesto ese verano aprender más del mundo de café, aprender la diferencia entre un cappuccino y un cortado, entre un espresso y un doppio, porque no tenía idea qué era! Y empecé a anotar todo en un cuadernito. Y me acordé de la promesa. Y le escribí tipo «holaaaa, ¿te acuerdas de ese favorcito?? Lo quiero cobrar jajajaja puedo empezar a trabajar en tu cafetería?? Solo quiero aprender.» Y el man. De una. Empiezas mañana ya le digo a mi admin que te contacte. Y es así como empecé en el mundo de las cafeterías. Con todo un staff odiándome porque me contrataron y ni siquiera sabía cómo prender una máquina de café, PEOR extraer un espresso o lattear la leche jajajaja pero creo que en esta vida uno puede aprender TODO. Y así mismo fue. Luego de trabajar ahí un par de meses me reclutaron de otra cafetería porque la verdad es que siempre he sido una super buena vendedora jajajaja me habían mandado a la nueva cafetería en el west village que igual me gustaba más porque quedaba en la esquina de gay street y era HERMOSAAAA y un día vino el administrador de otra cafetería que quedaba super cerca en el west village, y no me pregunten por qué paró ahí a pedir café??? Me imagino que para probar la competencia, y pidió un café pero lo hice salir con un café, un croissant y un pan de banano así que se dio cuenta de mis poderes de upselling y regresó a decirme que trabaje con él jajajaja y me cambié a esta cafetería australiana y fue ahí donde TOOOODOO empezó.
Nunca había experimentado un ambiente de trabajo tan cool. La gente yendo sin uniforme solo con jeans, cualquier zapato y una camisa o camiseta blanca a su elección, todos llevándose super bien, front of house llevándose bien, back of house también, y lo más importante para mi era el ambiente para los clientes. Era increíble la cantidad de clientes frecuentes. Ya hasta nos sabíamos sus pedidos porque iban TODAS las semanas. Increíble que se quedaban horas ahí. Sea conversando, leyendo un libro o estudiando. Increíble la cantidad de personas que venían los fines de semana. La fila para entrar. Lo chévere de la música, lo rica de la comida por más que era super simple, nada del otro mundo, y lo rico del café. Fue ahí que me dí cuenta que esto no existía en Ecuador.
No había ninguna cafetería en ese año, 2014, que ofrezca este tipo de experiencia. Café increíble, comida rica, servicio impecable, ambiente acogedor. Todo seguía muy parecido a las cafeterías de EEUU que se enfocaban en que todo sea to go, rápido, en camino al trabajo. Sin atención al detalle en la presentación de sus productos, sin atención al detalle en sus empaques, en los ingredientes y materiales que utilizaban. En el 2014 hubo lo que yo le llamo the Australian wave en Nueva York. Abrieron estas dos cafeterías que marcaron un antes y un después en la industria del café. Siento que no hay país mejor que Australia cuando tiene que ver con el mundo de la hospitalidad. De todos los restaurantes, ciudades y cafeterías que he visitado en el mundo, puedo decir que los australianos saben cómo crear restaurantes y cafeterías que se vuelven casi un culto. Están tan enfocados en proveer comida rica aunque sea simple, aunque sea un avocado toast, un bowl de granola, un bowl de acial, son cosas simples, pero con ingredientes tan buenos que no sientes que estás comiendo porquerías en la calle.
Y eso fue lo que decidí replicar. Mi inspiración la saqué de cafeterías australianas, escandinavas con su diseño limpio y cálido, con maderas claras, paredes blancas, y de restaurantes japoneses, con sus vajillas espectaculares. Quería crear un espacio en el que la gente pueda sentir que está en su segundo hogar. Que nadie sienta culpabilidad alrededor de la comida pero principalmente, que se den cuenta de que el café ecuatoriano es ESPECTACULAR. Que aprendan a apreciarlo tanto como yo había logrado apreciarlo. En muchas cafeterías en Nueva York y otras ciudades que visité, había café ecuatoriano. Y yo no entendía porqué no había probado ninguno igual de rico en mi propio país. Me fui metiendo en el mundo del café, averiguando que es porque la mayoría de este café se exportaba, porque dueños de negocios no querían pagar los precios de un café de especialidad en Ecuador, y porque no había esa demanda de café de especialidad en la ciudad. Es algo que recién en el 2015, 2016 empezó a despertarse en el país. Ahora tenemos cafeterías de especialidad increíbles en El Ecuador. Con los cafés más especiales. Los mismos que encontramos en ciudades como Copenhague , donde acabo de estar y donde tomé TRES cafés ecuatorianos en distintas cafeterías! Fue para mi increíble ver no sólo cómo ha crecido la apreciación del café ecuatoriano EN Ecuador sino también fuera de nuestro país.
Fue en diciembre 2014 que le conté la idea a mis papás y a familia y amigos y el rechazo fue enorme jajaja me decían que cómo iba a competir con las cafeterías establecidas que ya tenían tantas sucursales, que estaba tan posicionadas en el mercado, a lo que yo respondía que ellos no eran mi competencia. Que vendíamos cosas totalmente distintas. Lo que yo quería vender era una experiencia. No un producto para llevar.
En febrero es mi cumpleaños, y de regalo de cumple les pedí a mis papas que me visiten para enseñarles lo que quería lograr. Mi papá vino y se enamoró del concepto. Estuvo de acuerdo que no existía en Guayaquil y a partir de ahí, me dieron todo su apoyo. No solo financiero sino también moral! En abril me depositaron la plata que necesitaba para comprar todos los equipos, en mayo, el mismo mes que me graduaba de la universidad, volé a Miami a meter en un contenedor todas las cosas y asegurarme de que vaya completo, y en julio llegaron las cosas y yo misma, de vuelta al Ecuador. ¿Como supe qué comprar? yendo a todas las cafeterías posibles y anotando TODO lo que tenían jajaja me quedaba horas contando el número de sillas, mesas, calculando el número de cubiertos, de platos, de vasos. Veía las marcas de los electrodomésticos, las marcas de los molinos, máquinas de café, tazas de café! Fue así como me decidí por las tazas acme y la máquina marzocco. Porque las veía en las mejores cafeterías y quería que mi cafetería también tenga lo mejor del mercado. Todavía no puedo creer la confianza gigante que tuvieron mis padres en mí para prestarme esa plata sabiendo tan poco de lo que quería hacer, de lo que estaba comprando, de lo que estaba enviando. Es esa misma confianza que me dieron mi motor principal. El poder no solo devolverles el préstamo que me hicieron sino hacerlos orgullosos de lo que había creado.
Pasaron 8 meses hasta que encontré un local. De los peores meses de mi vida. No solo me sentía completamente inservible, porque no estaba trabajando más que en mi plan de negocios, en el menú que quería tener, en sellar los vasos que había traído uno por uno, sino que estaba desesperada porque nadie me tomaba en serio. Al tener 21 años e ir a centros comerciales a pedir un local y contarles de mi proyecto, TODOS me preguntaban que si tenía socios, que quién era EL dueño de la empresa, y que me avisarían si se abría algún local. Nunca me avisaban. Es más. Todavía me acuerdo de un dueño de un centro comercial que me hizo ir más de tres veces a reuniones dizque a alquilarme un local, y cada vez que iba me decía que perdón que habían renovado el contrato de su inquilina, que la amiga era la que estaba en el local y le había pedido una extensión. La última vez ni siquiera me recibió a pesar de haberme aceptado la reunión. Me dejó esperando y me mandó a decir que no había local. No volví a ese centro comercial y estaba increíblemente desmoralizada.
Sentía que nunca iba a encontrar local, que nunca me iban a alquilar un espacio y tenía 100 cajas enormes de cosas en la sala y patio de mi casa. Razón por la cual mi mamá me quería aniquilar y mis hermanas también porque no podían invitar a nadie por la vergüenza de tener 100 cajas en toda la sala jajaja.
Como no encontraba local y era septiembre 2015 y me dijeron que los locales recién estarían disponibles en el 2017!!!! Me eché al dolor. Y decidí irme a visitar a mi novio, actual esposo. Él se había regresado de NY a Australia y era un momento único en la vida en el que tenía tiempo para ir a visitarlo y pasar con el. Así que me compré un ticket para TRES MESES!! Solo me dieron 3 meses de visa a Australia así que me compré el ticket hasta el último día permitido en el país jajajaja y creo que fue lo mejor que pude hacer. Mis papás casi se infartan. No podían creerlo. Estaban bravísimos conmigo porque pensaban que iba a dejar todo botado y que no iba a abrir nada y que ellos habían hecho semejante gasto. Pero les juré que volvería a hacer lo que me había comprometido en hacer pero que de nada servía estar en Guayaquil si no habían locales disponibles. Así que me fui. A Sydney. Donde la cultura del café es la mejor del mundo. Probé los mejores platos y cafés. ¡Me empapé de la cultura de servicio y hasta trabajé en una cafetería! Me trataron tan mal en esa cafetería que me robé dos platos por pura pica jaja el chicken avo es creación de ese hombre misógino y violento con el que tuve que trabajar y el smoothie coco avo también. Lo mejor que saqué de esa experiencia fueron esos platos jajaja
Regresé a Ecuador en enero, y al día siguiente de haber regresado dije THIS IS IT. Hoy consigo local porque consigo. Dicho y hecho. Fui a las terrazas, donde trabajaba Isaac. Y le dije, Isaac, ya se que me dijiste que no tenías nada hasta el 2017, pero SERÁ, que en estos tres meses alguien se fue????
Y me dice: lo creas o no, sí. Se acaba de ir una discoteca EN PLANTA BAJA. ¿Quieres verlo? Y yoooo EN PLANTA BAAJAAAAAAAA, Y YA DISPONIBLE?? SIIIIIII enséñame!!!
Fuimos y el local fue perfecto. A pesar de que era lo más feo que había visto en mi vida y que estaba totalmente destruido por los inquilinos previos que hasta arrancaron el escusado, tenía demasiado potencial. Llamé a mis papas y les conté que había un local disponible. Que al fin lo conseguí!! Presenté la aplicación , se demoraron un par de semanas en aceptarme y yo rogándole al universo que por favor no escojan a otro negocio y me dieron un par de días para pagar el depósito. Lo hicimos y empezamos. Qué nervios. Con la ayuda de mis amigas arquitectas pudimos crear los planos, un render de cómo se vería y empezamos la construcción con unos albañiles que mi tío que es arquitecto también me prestó. Fueron tres meses INTENSOS. Yo iba todos los días. Estaba encargada de todas las compras. Metía todos los sacos de arena en el carro, las vigas, el cemento, los bloques!!! Para no pagar el transporte jajaja y manejaba yo misma. Ayudé a poner las cerámicas en la pared, construí cada mesa y silla que ven, pinté paredes, barrí pisos, hasta que el local estuvo listo. No teníamos personal ni un menú realmente definido y encima, la persona que se había comprometido con ser la cabeza de cocina en término de los platos, nos canceló 15 días antes de la apertura! Ahí casi me da un infarto. Pero con la ayuda del jefe de cocina logramos perfeccionar los platos que quería sacar, todas las recetas y estábamos listos para abrir.
Después de la odisea de conseguir internet, datafast, y un sistema contable, después de revisar que la facturación servía y que teníamos los permisos de operación ya era hora de abrir y escogimos el 7 de abril como la fecha oficial. Mi familia y yo AMAMOS el número siete. No me pregunten por qué. Definitivamente no somos de esa rama de numerología jajajaj y un día antes de abrir, todo me cayó encima. Se daño el sistema de facturación 12 horas antes de abrir y casi me da un infarto. Llamé al dueño y siempre le estaré agradecida de que vino personalmente a resolverlo a las 8 de la noche, y luego de irse me senté en el piso a llorar. DIciéndoles a mis papás que tenía pánico de abrir. Que ya no quería. Que no sabía qué había hecho.
Pero me fui a dormir y al día siguiente empezamos. Y es la mejor decisión que tomé en mi vida.
Pasé casi 4 años levantándome todos los días a las 6 am para poder ir al gimnasio antes de ir a abrir la cafetería. 3 años yendo todos los días, haciendo las compras, sirviendo, atendiendo, haciendo bowls de café, cafés y siendo la creadora de contenido. Luego poco a poco fuimos contratando más personal y ya podía llegar más tarde y no tener que atender todo el día. Y hoy en día, tenemos un increíble staff más de 8 personas por local, 3 administradoras increíbles, y una mamá sin quien todo esto no fuera posible.
Hemos sacado más de 100 platos y bebidas en 7 años, creado productos innovadores y pioneros en el país, como los coffee cups, el cold brew en lata, los distintos lattes y cafés increíbles y hoy en día hasta tenemos nuestra propia cerveza! Una Sour Beer hecha en colaboración con Bajamar.
Estoy increíblemente orgullosa del camino recorrido, de los dos locales de Guayaquil y del tercer local de Quito, de los locales que estamos por abrir y de todas las increíbles experiencias que hemos podido ofrecerles a nuestros clientes.
Si estás aquí, gracias por leerme y gracias por darnos una oportunidad de ser parte de tu vida.
xx
A.